en la actualidad, la producción de etanol de segunda generación (de residuos lignocelulósicos) es un gran desafío tecnológico.
Una de las dificultades es la necesidad de cepas de levadura. (Saccharomyces cerevisiae) plantas robustas que toleran los factores estresantes de la fermentación.
Para obtener tales cepas, tolerante a los inhibidores presentes en el hidrolizado de bagazo de caña de azúcar, la agrónoma Thalita Basso realizó un estudio sobre el tema en el doctorado en Ciencias, del Programa de Posgrado (PPG) en Microbiología Agrícola en la Escuela de Agricultura “Luiz de Queiroz” (USP / Salq).
La investigación exploró la robustez de las cepas de levadura industrial brasileña, aún no es lo suficientemente tolerante para soportar las tensiones de la fermentación del hidrolizado de bagazo.
"Estas cepas se cruzaron entre sí para dar como resultado cepas híbridas aún más tolerantes a los inhibidores", explica.
Etanol de segunda generación
Esta etapa del trabajo se realizó en el laboratorio de Bioquímica y Tecnología de Levaduras., del Departamento de Ciencias Biológicas.
Las cepas seleccionadas fueron transferidas a la Universidad de California., donde fueron evaluados genéticamente y transformados para la fermentación de xilosa, uno de los azúcares presentes en el hidrolizado de bagazo.
Según el investigador, hay mucho esfuerzo, tanto en la academia como en la industria, para hacer realidad el etanol de segunda generación.
"Esalq siempre ha sido una referencia para el sector del azúcar y el alcohol en Brasil y esta investigación es una modesta contribución a la lista de importantes avances tecnológicos que ya brinda la universidad".
El trabajo aporta levaduras adecuadas para la producción de etanol utilizando una materia prima. (bagazo de caña de azúcar) más económico y ambientalmente apropiado.
Texto original ecodesenvolvimento.org